La escalada de los desafíos globales, entre ellos la violencia política, la delincuencia transnacional, la corrupción, las crisis ambientales, la migración forzada, las emergencias sanitarias, la desinformación y la desigualdad, se ve agravada por el alto nivel de polarización y fragmentación entre los grupos regionales dentro de las Naciones Unidas, lo que debilita el sistema multilateral. La crisis actual exige fortalecer los principios universales, entre ellos la paz y la solidaridad internacional.
La solidaridad internacional es un principio que recuerda la responsabilidad de los Estados, las organizaciones internacionales, las empresas y la sociedad civil de fortalecer el disfrute de los derechos humanos y la paz por parte de todos a través de las redes transnacionales de comunicación. Destaca el reconocimiento por parte de los Estados de que deben prestar atención a su obligación de defender la “paz negativa” (la ausencia de violencia) haciendo todo lo posible para asegurar la solución pacífica de las controversias internacionales en nombre de sus ciudadanos y de los ciudadanos de otros países. La solidaridad internacional también aborda la “paz positiva” (la garantía de la igualdad, la no discriminación, la eliminación de la violencia estructural y la cooperación) mediante la promoción de políticas receptivas que tengan como objetivo emancipar a los grupos vulnerables a la marginación, la exclusión y la opresión debidas a la discriminación y la violencia estructurales. Esto incluye a las mujeres, los ni?os, los pueblos indígenas, las minorías, las personas con discapacidad, los migrantes, los refugiados, los defensores de los derechos humanos y los activistas ambientales.
Como Experta Independiente de las Naciones Unidas sobre la solidaridad internacional, he conocido a muchos grupos de la sociedad civil que participan en iniciativas de solidaridad internacional basadas en los derechos humanos, pero que permanecen invisibles debido al predominio de las narrativas de violencia en los medios de comunicación. En un esfuerzo por hacerlos más visibles, creé el . Hemos identificado categorías vinculadas a derechos humanos específicos y alentamos a los grupos de la sociedad civil, académicos, abogados, estudiantes y otros a que carguen imágenes y descripciones de sus actividades para fomentar la creación de redes. Esperamos incluir ejemplos de solidaridad Sur-Sur, así como iniciativas de paz. La visualización de las acciones de solidaridad internacional llevadas a cabo en pos de los derechos humanos y la paz es importante para brindar una perspectiva más optimista a los jóvenes que buscan una dirección para participar con un sentido de propósito y conexión.
En conmemoración del Día Internacional de la Solidaridad Humana (20 de diciembre de 2024), es necesario que todos reflexionemos sobre cómo implementar el llamado del a mostrar “razón y conciencia… y comportarse fraternalmente unos con otros”.

El se basa en las libertades de expresión y asociación, así como en los derechos a la igualdad y a la no discriminación. Su objetivo es promover la inclusión de todos en el disfrute de los derechos humanos, en respuesta al fenómeno del cierre de los espacios cívicos en todo el mundo, tal como se establece en el Artículo 8 (3) del Proyecto de Declaración Revisado: “De conformidad con el derecho a la libertad de expresión, los Estados tienen el deber de adoptar medidas, dentro de sus respectivas capacidades, para facilitar la protección de los espacios reales y virtuales de comunicación, incluido el acceso a Internet y a la infraestructura, a fin de que las personas y los pueblos puedan compartir ideas solidarias”. La solidaridad internacional no reconoce a los grupos solidarios unitarios nativistas, nacionalistas o xenófobos que se definen por actitudes excluyentes hacia los demás.
El Proyecto de Declaración Revisado sobre los Derechos Humanos y la Solidaridad Internacional articula un marco para las acciones de solidaridad preventiva destinadas a promover los intereses intergeneracionales, incluidos el desarme, la protección del medio ambiente, la agricultura y la pesca sostenibles, la transición a la energía renovable y otras medidas relacionadas con el desarrollo sostenible. Además, sirve de base para apoyar la solidaridad reactiva en forma de rendición de cuentas por los crímenes atroces, respuesta con la debida diligencia a la violencia contra la mujer, cooperación en las iniciativas de lucha contra la corrupción para devolver los bienes a las víctimas, restauración del patrimonio cultural mediante la protección de los artistas y su obra, y la provisión de acceso a la justicia para los refugiados, así como la penalización del discurso de odio que promueve la violencia social y la discriminación.
Todos los Estados, organizaciones internacionales, agentes no estatales y personas tienen el deber de respetar, proteger y hacer efectivo el derecho a la solidaridad internacional. El Proyecto de Declaración Revisado prevé el Evaluación Periódica Universal como mecanismo de aplicación de la solidaridad internacional: los Estados pueden compartir las mejores prácticas e inspirarse mutuamente. Se reconoce el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, por lo que cada Estado puede buscar la forma de solidaridad internacional que mejor se adapte a sus preferencias y capacidades; por ejemplo, un Estado puede proporcionar transferencia de tecnología Sur-Sur, mientras que otro proporciona asilo a refugiados de otra región.
Además, el Proyecto de Declaración Revisado pide la creación de mecanismos transparentes y accesibles para la comunicación y la respuesta a las demandas de solidaridad presentadas por la sociedad civil, los sindicatos, los pueblos indígenas y otros grupos. Muy a menudo, los grupos de la sociedad civil consideran que las empresas son cajas negras a las que no se puede acceder para el diálogo; es necesario establecer mecanismos que permitan a los grupos debatir temas ambientales, laborales, de seguridad u otras con actores corporativos que buscan iniciativas de inversión que afecten a las comunidades locales.

En relación con las Naciones Unidas, hago un llamamiento a los Estados para que pongan en práctica la solidaridad internacional creando activamente puentes entre los grupos regionales y eliminando las actitudes ideológicas que contradicen la interrelación e indivisibilidad de todos los derechos humanos, a fin de revitalizar el sistema multilateral. La solidaridad internacional es un medio para ampliar todos los derechos humanos, tanto los derechos civiles y políticos como los derechos económicos, sociales y culturales. Cabe se?alar que los documentos finales de la Cumbre del Futuro invocan la solidaridad diez veces; proporcionan una base para futuros enfoques de colaboración para poner fin a la época de violencia y restablecer la paz. El principio de solidaridad también está contenido en las constituciones nacionales, así como en los instrumentos regionales, entre ellos la y la .
Por último, quisiera se?alar que mi condición actual de Experta Independiente de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y la solidaridad internacional es consecuencia de una larga cadena de prácticas y políticas solidarias de los Estados en respuesta a acontecimientos históricos. Mi bisabuelo pudo salir de Alsacia y Lorena cuando Prusia ocupó el territorio en 1870, durante la guerra franco-prusiana, porque Argentina estaba reclutando activamente a europeos para que emigraran y ayudaran a poblar esa nación. Mis abuelos pudieron salir de Polonia durante la Segunda Guerra Mundial porque Buenos Aires mantuvo el puerto abierto a los judíos que huían de la guerra. Mis padres huyeron de la dictadura militar en Argentina y fueron recibidos en los Estados Unidos como médicos debido a la guerra en Vietnam. Finalmente, se me permitió entrar en Noruega y cursar un doctorado en derecho en ese país, donde actualmente soy profesora en la Universidad de Oslo. Me pregunto si esas políticas de solidaridad son posibles hoy en día, pero mantengo la esperanza de que los Estados reconozcan el beneficio de aceptar la solidaridad internacional como una característica universal e integral de la historia de la humanidad.
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