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Floris van Hees e Ivar Smits son navegantes holandeses que emprenden un viaje de descubrimiento alrededor del mundo como ¡°Sailors for Sustainability¡±. Desde 2016, han estado documentando casos de ¨¦xito de la puesta en pr¨¢ctica de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Para animar a otros a seguir estas soluciones sostenibles, los navegantes describen estas historias en sus art¨ªculos, publicaciones de blog y v¨ªdeos. En los ¨²ltimos ocho a?os, han visitado 40 pa¨ªses y documentado m¨¢s de 60 ejemplos de vida sostenible. Ellos mismos viven de la forma m¨¢s sostenible posible, utilizando el viento para propulsar su peque?a casa flotante a trav¨¦s de los oc¨¦anos, aprovechando la electricidad renovable, comprando alimentos locales y de temporada y utilizando productos sostenibles.

Los se?ores van Hees y Smits se encuentran actualmente en Canad¨¢, prepar¨¢ndose para navegar de regreso a Europa continental v¨ªa Groenlandia e Islandia. Para la Cr¨®nica ONU, reflexionan sobre su aventura y lo que han aprendido hasta ahora.

C¨®mo empez¨® todo

¡°Est¨¢bamos muy preocupados¡±, recuerda el marinero Ivar Smits, citando el motivo por el que se embarc¨® en el viaje de Sailors for Sustainability alrededor del mundo. Gracias a la ciencia moderna, incluidas herramientas como las mediciones satelitales y la investigaci¨®n oceanogr¨¢fica, sabemos que nuestro mundo est¨¢ en peligro. El colapso clim¨¢tico, la extinci¨®n masiva de plantas y animales, la deforestaci¨®n y la contaminaci¨®n amenazan nuestra biosfera. Adem¨¢s, las crisis econ¨®micas y financieras est¨¢n afectando a gran parte del mundo, mientras que la desigualdad social est¨¢ galopante y va empeorando. Nos dimos cuenta de que el problema no era la superpoblaci¨®n, sino el consumo excesivo. El 20 por ciento m¨¢s rico de la poblaci¨®n mundial consume m¨¢s del 80 por ciento de la energ¨ªa y las materias primas de la Tierra. Qued¨® claro que la humanidad ten¨ªa que cambiar radicalmente de rumbo para sobrevivir en este planeta, pero faltaba una perspectiva esperanzadora.

Nos preguntamos: ?qu¨¦ pasar¨ªa si busc¨¢ramos soluciones a los desaf¨ªos de la sostenibilidad? Cuando las personas aprenden del buen ejemplo de los dem¨¢s, esas historias de ¨¦xito pueden motivarlas a cambiar su comportamiento. Decidimos navegar en nuestro peque?o barco, Lucipara2, alrededor del mundo, buscando destacar t¨¦cnicas y pr¨¢cticas que mostraran c¨®mo podr¨ªamos vivir en armon¨ªa con la naturaleza y con los dem¨¢s. Era una propuesta ambiciosa porque hay muchos aspectos que deben tenerse en cuenta para vivir de manera sostenible. Por lo tanto, decidimos adoptar un enfoque amplio basado en los ODS.

Soluciones inspiradoras en todas partes

Antes de zarpar, analizamos un ejemplo de nuestro pa¨ªs de origen, los Pa¨ªses Bajos, que podr¨ªa servir de inspiraci¨®n para otros. Estuvimos de acuerdo en que nuestra tiene muchos beneficios para la salud humana y del planeta. El estilo de vida ciclista en los Pa¨ªses Bajos no podr¨ªa haber florecido sin las pol¨ªticas gubernamentales, la infraestructura y el apoyo de los grupos de presi¨®n. Pronto supimos que la ciudad de Copenhague, Dinamarca, estaba siguiendo una estrategia similar. Para lograr su objetivo de , la ciudad estaba apoyando a los ciclistas y peatones brind¨¢ndoles una mejor infraestructura. Descubrimos que Dinamarca tambi¨¦n est¨¢ a la vanguardia del . Puede que no sea el tema m¨¢s interesante, pero descubrimos que ahorrar energ¨ªa es una parte importante de la soluci¨®n.

Por supuesto, la energ¨ªa que necesitamos debe generarse mediante medios renovables, como la producci¨®n e¨®lica, solar y geot¨¦rmica. La isla danesa de nos demostr¨® que la energ¨ªa e¨®lica puede cubrir todas las necesidades de electricidad. El ingrediente clave para el ¨¦xito de la instalaci¨®n de turbinas e¨®licas en Sams? fue la participaci¨®n de la comunidad. Los habitantes de la isla participaron en la toma de decisiones y pudieron convertirse en copropietarios y beneficiarios de la energ¨ªa y los beneficios, lo que elimin¨® toda la resistencia inicial. La vecina Noruega produce suficiente energ¨ªa hidroel¨¦ctrica para estimular la . M¨¢s al sur, en Espa?a, vimos que la energ¨ªa solar se pod¨ªa utilizar para generar a gran escala, incluso de noche. Creemos que estos ejemplos merecen ser imitados en el resto del mundo, dependiendo de las condiciones locales. Al dejar los combustibles f¨®siles en el suelo y utilizar fuentes de energ¨ªa renovables, podemos reducir dr¨¢sticamente las emisiones de CO₂ y limitar las peores consecuencias del colapso clim¨¢tico.

Tambi¨¦n nos sentimos esperanzados con respecto a nuestro abastecimiento de alimentos, gracias a iniciativas agr¨ªcolas que se basan en la comunidad y la cooperaci¨®n con la naturaleza. En Alemania, visitamos una granja , donde los productos se cultivan org¨¢nicamente en un circuito cerrado de nutrientes y se suministran directamente a 400 miembros. En Brasil, un agricultor convirti¨® un terreno deforestado, envenenado y est¨¦ril en un que produce m¨¢s cosecha por metro cuadrado que la agricultura de monocultivo industrial, sin el uso de fertilizantes sint¨¦ticos o venenos agr¨ªcolas. La granja parec¨ªa una jungla y estaba llena de insectos y p¨¢jaros. En y , vimos cu¨¢nta tierra se puede salvar y cu¨¢nto sufrimiento animal se puede evitar cuando la gente come menos carne. Consumir m¨¢s alimentos de origen vegetal tambi¨¦n es m¨¢s barato y saludable. Estos cultivos se pueden cultivar utilizando , como descubrimos en Nueva Zelanda, que restauran el suelo y le permiten absorber una gran cantidad de CO₂.

Cambios fundamentales

Las numerosas soluciones para el suministro de energ¨ªa y alimentos a prueba de futuro nos hicieron sentir optimistas, pero nos dimos cuenta de que los cambios en esos campos por s¨ª solos no nos llevar¨¢n a una sociedad m¨¢s sostenible y equitativa. En muchas ¨¢reas, se necesitan otros cambios fundamentales, como hacer que la econom¨ªa sea circular y cambiar la legislaci¨®n y las formas en que organizamos el trabajo. Incluso nuestro sistema monetario necesita una revisi¨®n a fondo. Afortunadamente, tambi¨¦n encontramos ejemplos en esas ¨¢reas.

La forma en que se construyen las viviendas tiene una gran importancia para las emisiones globales. En Ushuaia, Argentina, visitamos una ¡°nave de la tierra¡±, una casa construida con . Incluso produce su propia energ¨ªa y recolecta agua de lluvia para beber y para las necesidades de fontaner¨ªa. El edificio circular ofrec¨ªa un marcado contraste con el ¨¢rea circundante, donde las casuchas de chapa ondulada est¨¢n invadiendo el mundo natural. Cuando la naturaleza se destruye a gran escala, tiene sentido enjuiciar a los responsables. , que penaliza la destrucci¨®n a gran escala de los ecosistemas, tiene precisamente ese objetivo. Igualmente importante, como nos explic¨® la actualmente fallecida abogada y lobista ambientalista escocesa Polly Higgins, es el efecto disuasorio que puede tener la ley sobre el ecocidio en los Estados, las empresas y las personas que consideran destruir los ecosistemas para obtener ganancias econ¨®micas.

Aprendimos que ofrece perspectivas para reducir la desigualdad. En el Pa¨ªs Vasco, Espa?a, un gran conglomerado utiliza este modelo. Los empleados de la empresa tambi¨¦n son copropietarios y participan en la toma de decisiones. El resultado: pensamiento y compromiso a largo plazo, mejores salarios y menos desigualdad y desempleo. Sin embargo, m¨¢s radical que cambiar la forma en que se poseen y operan las empresas es la idea de que nuestro sistema monetario deber¨ªa volverse m¨¢s local y circular. En Cerde?a, conocimos el , una moneda digital que se utiliza entre las empresas sardas y sus empleados para apoyar la econom¨ªa local y hacerla m¨¢s circular.

Sostenibilidad desde dentro

La mayor¨ªa de las soluciones que hemos descrito son ejemplos tangibles de sostenibilidad en acci¨®n. Sin embargo, nuestro viaje en velero tambi¨¦n nos hizo darnos cuenta de que el ingrediente m¨¢s importante para un futuro sostenible es la sostenibilidad desde dentro. Con esto nos referimos a adoptar una forma diferente de percibir la Tierra y nuestro papel en ella. ¡°Todos tenemos un coraz¨®n verde, solo tenemos que aprender a usarlo m¨¢s¡±, nos record¨® Chris Dews en Ibiza mientras nos mostraba su . Si alguien realmente deja que su coraz¨®n verde hable, comportarse de manera sostenible se convierte en algo natural.

Tal cambio de mentalidad es quiz¨¢s m¨¢s dif¨ªcil de lograr en la cultura occidental, ya que su ritmo r¨¢pido deja poco tiempo para la reflexi¨®n. Descubrimos que al hacer , se crea de nuevo espacio mental, se aprecia la belleza de la naturaleza y la riqueza material deja de ser importante. Experimentamos revelaciones similares mientras naveg¨¢bamos por ¨¢reas naturales v¨ªrgenes, como las de la Patagonia. Algunos de estos lugares estaban bien protegidos porque se reconoc¨ªa su belleza y valor. Nueva Zelanda fue un paso m¨¢s all¨¢ al otorgar . La legislaci¨®n se bas¨® en la cosmovisi¨®n maor¨ª de que los humanos son los guardianes de la naturaleza. Ense?a que es nuestra responsabilidad colectiva cuidar de la naturaleza y transmitirla a las generaciones futuras en buen estado. La ley de Nueva Zelanda tiene como objetivo mejorar la protecci¨®n de la naturaleza. Al mismo tiempo, es un ejemplo de c¨®mo la adopci¨®n de una cosmovisi¨®n diferente puede salvar nuestro preciado planeta.

De manera similar, en Sud¨¢frica aprendimos que la filosof¨ªa de vida tiene un gran potencial para la sociedad y para nuestro planeta. En el centro de ubuntu est¨¢ la comprensi¨®n de que todos somos parte de una comunidad y que todos nos beneficiamos al ayudar a los dem¨¢s y compartir con los necesitados. El difunto arzobispo Desmond Tutu ampli¨® a¨²n m¨¢s este concepto, enfatizando que los humanos solo podemos existir gracias a nuestro planeta. ¡°Soy porque somos¡± y ¡°somos porque el planeta es¡±, .

Recolectando piezas de un rompecabezas

Nos gusta pensar en las soluciones sostenibles que hemos documentado como piezas de un gran y complejo rompecabezas. A medida que reunimos m¨¢s y m¨¢s piezas, los contornos de una sociedad ecol¨®gicamente sana y socialmente justa se vuelven m¨¢s visibles. Esa imagen puede actuar como una br¨²jula que gu¨ªe nuestro comportamiento. Es una imagen basada no en una utop¨ªa, sino en historias de ¨¦xito que ya se han hecho realidad en alg¨²n lugar del mundo. Al mismo tiempo, nos damos cuenta de que el rompecabezas est¨¢ lejos de estar terminado. Todav¨ªa hay muchas soluciones por descubrir y personas a las que inspirar.

?Todas las manos a la obra!

Nuestro viaje nos ha hecho tener m¨¢s esperanzas sobre el futuro porque hemos encontrado muchas oportunidades concretas para relacionarnos con la naturaleza y con los dem¨¢s de manera m¨¢s inteligente y mejor. El pr¨®ximo desaf¨ªo es lograr que todos esos buenos ejemplos tengan ¨¦xito en todas partes. Cuando alguien nos pregunta qu¨¦ puede hacer, le decimos que nunca subestime su propia influencia. Aplique las soluciones sostenibles que describimos en su propia vida y sea un modelo a seguir. Despu¨¦s de todo, usted es m¨¢s que solo usted. Es miembro de una familia y una comunidad. Es un empleado o empleador, un consumidor, un votante y un inversionista. Para lograr una sociedad verdaderamente sostenible, se necesita un cambio sist¨¦mico, pero ese cambio no puede producirse sin el apoyo de grandes grupos de personas. Por eso es tan importante que la mayor cantidad posible de personas contribuya al cambio sostenible. Como hay mucho por hacer y el tiempo se acaba, ?realmente es necesario que todos nos pongamos manos a la obra!

P¨®ngase en contacto

Puedes contactar con Sailors for Sustainability si tienes ideas para soluciones sostenibles o si te gustar¨ªa entrevistarnos o colaborar con nosotros de alguna manera. Tambi¨¦n damos presentaciones en l¨ªnea y en vivo sobre nuestros viajes en velero, las soluciones sostenibles que hemos descrito y las formas en que todos pueden ponerlas en pr¨¢ctica. Puedes suscribirte a nuestro bolet¨ªn de correo electr¨®nico en nuestra , suscribirte a nuestro y seguirnos en , o . Si te gustan nuestras historias, comparte nuestras publicaciones, considera hacer una donaci¨®n o ap¨®yanos en . Para obtener m¨¢s informaci¨®n, vis¨ªtanos en .

Este art¨ªculo se ha publicado con la ayuda de traducci¨®n autom¨¢tica; se han hecho esfuerzos razonables para garantizar su precisi¨®n. Las Naciones Unidas no se responsabilizan de las traducciones incorrectas o inexactas ni de otros problemas que puedan derivarse de la traducci¨®n autom¨¢tica. Si surgen preguntas relacionadas con la exactitud de la informaci¨®n contenida en esta traducci¨®n, consulte la versi¨®n original del art¨ªculo en ingl¨¦s.