29 septiembre 2015

En octubre de 2015, las Naciones Unidas conmemoran su 70? aniversario y, con este motivo, es apropiado examinar la pertinencia del documento fundacional, la Carta de las Naciones Unidas. Las Naciones Unidas han evolucionado en un mundo cambiante, y corresponde a los Estados Miembros mantener el fortalecimiento de las capacidades de la Organizaci¨®n y reafirmar su compromiso con los prop¨®sitos y principios de la Carta. La visi¨®n y los valores expresados por el segundo Secretario General de las Naciones Unidas,?Dag Hammarskj?ld, siguen siendo pertinentes para este fin.

La Carta es una declaraci¨®n valiente, excepcional en cuanto al contenido y a la aspiraci¨®n, y sus prop¨®sitos y principios siguen siendo pertinentes para hacer frente a los complejos retos mundiales de hoy. En su introducci¨®n del informe anual presentado a la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de agosto de 1961, menos de cinco semanas antes de su tr¨¢gica muerte, Dag Hammarskj?ld resumi¨® la pertinencia del documento de la siguiente manera:

¡°[E]n el Pre¨¢mbulo de la Carta se afirma que un principio y prop¨®sito de la Organizaci¨®n es 'crear condiciones bajo las cuales la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional puedan mantenerse'. Con estas palabras [...] da expresi¨®n a otro principio democr¨¢tico b¨¢sico, el del imperio de la ley1¡±.

La Carta es ¨²nica, pero los Estados Miembros no la han aplicado con ecuanimidad en todo su potencial y significado. El 70? aniversario de la creaci¨®n de las Naciones Unidas proporciona una oportunidad importante de hacer balance y de reafirmar el compromiso con la Carta. Un debate sobre la manera de revitalizar la Carta tendr¨¢ que abordar el modo de reafirmar y hacer efectivo el compromiso con sus prop¨®sitos y principios, as¨ª como determinar en qu¨¦ medida se necesitan modificaciones a fin de adaptarse a las exigencias de un mundo en evoluci¨®n.

La integridad, la determinaci¨®n e incansable labor de Dag Hammarskj?ld para adaptar la Organizaci¨®n y encontrar soluciones mediante una aplicaci¨®n constructiva de la Carta siguen siendo una fuente de inspiraci¨®n y una br¨²jula orientadora. En su ¨²ltimo informe anual a la Asamblea General en 1961, Dag Hammarskj?ld sostuvo que los objetivos de la Carta deb¨ªan lograrse de manera progresiva, mediante la aplicaci¨®n de cuatro principios fundamentales:

  • La igualdad de derechos pol¨ªticos, en t¨¦rminos de igualdad soberana y de respeto individual de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
  • La igualdad de oportunidades econ¨®micas, a fin de promover niveles de vida m¨¢s elevados a trav¨¦s de la creaci¨®n de condiciones propicias para el desarrollo y el progreso econ¨®mico y social.
  • Un marco firme del estado de derecho en el que se basen las acciones y actividades de la comunidad internacional.
  • La prohibici¨®n del uso de la fuerza contrario al inter¨¦s com¨²n de la comunidad internacional2.

En muchos sentidos Dag Hammarskj?ld fue a la vez realista e idealista: idealista porque cre¨ªa en las posibilidades de las Naciones Unidas, as¨ª como en los prop¨®sitos y principios de la Carta, y realista porque comprend¨ªa los l¨ªmites de la Organizaci¨®n y de sus Estados Miembros, que se rigen principalmente por los intereses nacionales. En un discurso pronunciado en 1956,

Dag Hammarskj?ld se refiri¨® a la brecha entre idealismo y realismo. Considerando que las afirmaciones de que las Naciones Unidas hab¨ªan fracasado eran, a menudo, enga?osas, se?al¨® que si nos referimos a los prop¨®sitos de la Carta, se trata de expresiones de ideales compartidos universalmente que no pueden fallarnos aunque nosotros, por desgracia, a menudo les fallemos. Pero que si pensamos m¨¢s bien en las instituciones de las Naciones Unidas, se trata de nuestros instrumentos, ya que las hemos formado, nos servimos de ellas y nos incumbe la responsabilidad de corregir los fracasos en que desemboque nuestro uso de ellas3.

En el contexto del 70¡ã aniversario de las Naciones Unidas podemos reflexionar sobre las palabras de Dag Hammarskj?ld que nos recuerdan que la Carta de las Naciones Unidas no puede fallarnos, sino que es responsabilidad de los Estados Miembros corregir cualquier deficiencia. Todas las secciones del Pre¨¢mbulo de la Carta est¨¢n conectadas y son interdependientes, como lo expres¨® el Vicesecretario General de las Naciones Unidas, Jan Eliasson, en la 13? conferencia anual Dag Hammarskj?ld en 2011, al se?alar que las soluciones duraderas requieren que la b¨²squeda de la paz, el desarrollo y los derechos humanos tengan lugar de forma paralela, ya que no hay paz sin desarrollo; no hay desarrollo sin paz; y no hay paz y desarrollo sostenibles sin el respeto de los derechos humanos. Y afirm¨® que si uno de estos tres pilares es d¨¦bil en una naci¨®n o una regi¨®n, toda la estructura es d¨¦bil y que, por lo tanto, deben derribarse los muros y barreras entre esas esferas4.

Las siguientes ocho afirmaciones, inspiradas en la visi¨®n y el legado de Dag Hammarskj?ld, podr¨ªan contribuir al di¨¢logo y al proceso para unas Naciones Unidas m¨¢s fuertes y eficaces:

  • La Carta debe aplicarse y los Estados Miembros deben reafirmar y reconocer que su aplicaci¨®n sigue siendo su responsabilidad. El septuag¨¦simo per¨ªodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas deber¨ªa allanar el camino para una declaraci¨®n conjunta relativa a los debates de reforma que se centre en la aplicaci¨®n de los pilares del Pre¨¢mbulo y en un proceso de decisi¨®n con plazos respecto de las enmiendas.
  • Las Naciones Unidas deben velar por la dimensi¨®n centrada en los pueblos de la Carta. La frase inicial de la Carta, ¡°Nosotros los pueblos¡±, debe colocarse en el centro de la Organizaci¨®n y de sus operaciones, y las Naciones Unidas en su conjunto deben examinar de nuevo su fundamento ideol¨®gico para garantizar la inclusividad.
  • Deber¨ªan reforzarse el liderazgo de las Naciones Unidas y la integridad de los funcionarios p¨²blicos internacionales. La Carta establece, como subray¨® reiteradamente Dag Hammarskj?ld, un papel fuerte e independiente del Secretario General que deber¨ªa seguir siendo leal ¨²nicamente a los principios de la Carta. La elecci¨®n del pr¨®ximo Secretario General ofrece una oportunidad importante para seguir mejorando la transparencia y la rendici¨®n de cuentas. Las Naciones Unidas tambi¨¦n deber¨ªan revitalizar los principios de imparcialidad, integridad y ¨¦tica del funcionario p¨²blico internacional, consagrados en los Art¨ªculos 100 y 101 de la Carta. Las Naciones Unidas deben avanzar a fin de garantizar una Secretar¨ªa del siglo XXI con una mayor integridad y un personal profesional, din¨¢mico y con m¨¢s movilidad.
  • El Consejo de Seguridad debe ser democr¨¢tico y ampliarse a fin de reflejar las realidades geopol¨ªticas del mundo de hoy. Debe romperse el estancamiento de los esfuerzos de reforma y debe establecerse un proceso claramente definido, con una fecha de finalizaci¨®n fijada, para lograr un acuerdo. Si no logramos reformar el Consejo de Seguridad, este seguir¨¢ perdiendo autoridad y se le ignorar¨¢ cada vez m¨¢s y, por consiguiente, corre el riesgo de perder su papel en la protecci¨®n de la paz y la seguridad internacionales. Se deber¨ªa estudiar una propuesta para limitar el uso del veto, por ejemplo, en casos de atrocidades graves o violaciones masivas de los derechos humanos. La ampliaci¨®n del Consejo requerir¨¢ modificar la Carta. Ello puede hacerse ¡ªya se ha modificado en tres ocasiones¡ª con el primer conjunto de enmiendas que modifiquen la composici¨®n del Consejo.
  • Los esfuerzos para mantener la paz y la seguridad deben incluir nuevos m¨¦todos y mejores instrumentos a fin de promover la prevenci¨®n y la consolidaci¨®n de la paz: Las Naciones Unidas no han estado a la altura de su prop¨®sito de preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra. Las operaciones de consolidaci¨®n y mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas deben examinarse de nuevo. Los Art¨ªculos 34 y 41, que se refieren a medidas que no impliquen el uso de las fuerzas armadas, deber¨ªan estudiarse m¨¢s a fondo y aplicarse a fin de reconocer la necesidad de la prevenci¨®n y del arreglo pac¨ªfico de los conflictos. Son necesarios mayores esfuerzos para velar por que se garantice la participaci¨®n de la mujer en la consolidaci¨®n de la paz. La utilizaci¨®n de las disposiciones del Cap¨ªtulo VIII de la Carta deber¨ªa mejorar a fin de clarificar y aumentar la cooperaci¨®n con las organizaciones regionales.
  • Los derechos humanos se deben respetar, aplicar y defender: las Naciones Unidas son decisivas para el desarrollo y la promoci¨®n de las reglas y normas internacionales. Los Estados Miembros deben reafirmar su compromiso de proteger y promover los derechos humanos, en particular los de las mujeres y las ni?as, y de respetar y aplicar los valores y principios fundamentales, definidos y refrendados en los tratados y marcos jur¨ªdicos mundiales que exigen cumplimiento por todos los Estados Miembros.
  • La justicia y el respeto del derecho internacional deber¨ªan ampliarse para incluir una disposici¨®n sobre la justicia de g¨¦nero y el derecho ambiental: debemos otorgar a la justicia de g¨¦nero un mayor reconocimiento y elaborar nuevos enfoques al respecto. Debemos integrar el derecho ambiental en toda la labor de las Naciones Unidas en materia de estado de derecho y velar por que este se integre en la elaboraci¨®n de los objetivos de desarrollo sostenible.
  • El progreso social debe reorientarse hacia el desarrollo sostenible mundial y debe abordarse como una responsabilidad de todos. La Carta debe modificarse para incluir la sostenibilidad.

Dag Hammarskj?ld desempe?¨® un papel decisivo en la identificaci¨®n y el establecimiento de programas de reforma. Pero tambi¨¦n era plenamente consciente de los l¨ªmites y de la necesidad de pragmatismo en la aplicaci¨®n de dichas reformas. Despu¨¦s de solo un a?o en el cargo, parafrase¨® a Henry Cabot Lodge Jr., que hab¨ªa dicho que las Naciones Unidas no fueron creadas para llevarnos al cielo, sino para salvarnos del infierno. Para Dag Hammarskj?ld esta frase resum¨ªa tan bien como cualquier otra tanto el papel esencial de las Naciones Unidas como la actitud mental que deber¨ªamos aportar en su apoyo5.

Dag Hammarskj?ld encarn¨® y honr¨® muchos de los principios de la Carta tal como manifest¨® en sus virtudes personales, ¨¦tica y creencias. Pero era consciente del tiempo necesario para que la tarea de construir un mundo realmente unido diera sus frutos. Como expres¨® en su discurso pronunciado en la Universidad de Nueva York el 20 de mayo de 1956, todav¨ªa estamos buscando formas de lograr que nuestras instituciones internacionales desempe?en con mayor eficacia el prop¨®sito fundamental expresado en las palabras de Woodrow Wilson: ser los ojos de las naciones para vigilar el inter¨¦s com¨²n. Seg¨²n Dag Hammarskj?ld, no cab¨ªa duda de que dentro de cuarenta a?os tambi¨¦n deber¨ªamos trabajar en la misma b¨²squeda y que no pod¨ªa ser de otra manera. Opinaba que una organizaci¨®n mundial era a¨²n una aventura nueva en la historia de la humanidad y que necesitaba mucho perfeccionamiento del crisol de experiencias y no existen sustitutos para el tiempo a ese respecto6.

No obstante, Dag Hammarskj?ld no ten¨ªa la menor duda de que las Naciones Unidas, a pesar de todas sus limitaciones, son una organizaci¨®n que la humanidad necesita y que la necesitamos por las aportaciones constructivas que ofrece en los intentos internacionales de resolver los conflictos de intereses. Afirmaba que la necesitamos como base y marco para iniciativas dif¨ªciles y que precisan mucho tiempo, a fin de encontrar normas en las que una influencia extranacional, o quiz¨¢s incluso supranacional, puedan aplicarse a la prevenci¨®n de futuros conflictos7.

Notas

1? Documentos oficiales de la Asamblea General, decimosexto per¨ªodo de sesiones, Suplemento n¨²m. 1A (a/4800/add.1), p¨¢g. 2.

2? Hans Corell, ¡°Dag Hammarskj?ld, the United Nations and the Rule of Law in Today¡¯s World¡±, conferencia en la Dag Hammarskj?ld University College of International Relations and Diplomacy, Zagreb, 29 de noviembre de 2011.

3? Dag Hammarskj?ld, ¡°Address at New York University Hall of Fame? Ceremony on the Unveiling of the Bust and Tablet for Woodrow Wilson, New York, May 20, 1956¡±, en Public Papers of the Secretaries-General of The United Nations, vol. III: Dag Hammarskj?ld 1956-1957, Andrew W. Cordier y Wilder Foote, eds. (Nueva York y Londres, Columbia University Press 1973), p¨¢g. 145.

4? Jan Eliasson, Peace, Development and Human Rights. The Indispensable Connection. The Dag Hammarskj?ld Lecture 2011 (Uppsala, Fundaci¨®n Dag Hammarskj?ld, 2011), p¨¢g. 12.

5? Dag Hammarskj?ld, ¡°Address at University of California Convocation, Berkeley, California, May 13, 1954¡±, en Public Papers of the Secretaries-General of The United Nations, vol. II: Dag Hammarskj?ld 1953-1956, Andrew W. Cordier y Wilder Foote, eds. (NuevaYork y Londres, Columbia University Press 1972), p¨¢g. 301.

6? Dag Hammarskj?ld, ¡°Address at New York University Hall of Fame Ceremony on the Unveiling of the Bust and Tablet for Woodrow Wilson, New York, May 20, 1956¡±, p¨¢g. 145.

7? Dag Hammarskj?ld, ¡°¡®Do We Need the United Nations?¡¯, Address Before the Students¡¯ Association, Copenhagen, May 2, 1959¡±, en Public Papers of the Secretaries-General of The United Nations, vol. IV: Dag Hammarskj?ld 1958-1960, Andrew W. Cordier y Wilder Foote, eds. (Nueva York y Londres, Columbia University Press 1974), p¨¢g. 374.?

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